Nada engaña más que nuestra propia mente... nada piensa mejor que nuestro corazón.
Qué ingenuos somos disfrazando a la muerte de cupido. A veces lo hacemos sin darnos cuenta, pero siempre nos hacen una jugarreta. Creemos que por sentir un hormigueo en la panza estamos enamorados; pues no, es el mismo diablillo que nos hace cosquillas para engañarnos. Somos inocentes por creer. Creemos porque somos usados. Somos usados porque estamos necesitados. Estamos necesitados porque nos cansamos. Nos cansamos porque queremos algo nuevo. Y ese algo nuevo no siempre es lo que esperamos.
Y es que sencillamente somos manipulados por nuestras mentes. Sea con intención o no. Todo puede empezar siendo un juego. Puede empezar con una sonrisa inofensiva. Sucede con un cruce de miradas. O formase con lo años; aun así, salimos lastimados.
Empezamos a lanzar indirectas como flechas al aire sin consciencia. Luego, al que le caiga, firma su condena.
Se puede sentir como que todo es verdad, pero no vemos lo que hay detrás. Tal vez nos dejamos llevar por la oportunidad, nos vemos solos y con ganas de explorar, pero esas cosas solo nos adentran a la oscuridad.
Y es que sencillamente somos manipulados por nuestras mentes. Sea con intención o no. Todo puede empezar siendo un juego. Puede empezar con una sonrisa inofensiva. Sucede con un cruce de miradas. O formase con lo años; aun así, salimos lastimados.
Empezamos a lanzar indirectas como flechas al aire sin consciencia. Luego, al que le caiga, firma su condena.
Se puede sentir como que todo es verdad, pero no vemos lo que hay detrás. Tal vez nos dejamos llevar por la oportunidad, nos vemos solos y con ganas de explorar, pero esas cosas solo nos adentran a la oscuridad.
¡Abre los ojos!
Una obsesión es igual a una maldición. Una ilusión es perder la noción. Somos víctimas de la hada de los enamoramientos solos, porque la tentamos con nuestra soledad.
Para los hombres las ilusiones son como las alas para los pájaros; nos sostienen viviendo. Lástima que esas ilusiones nos envenenan día a día, y ese veneno a veces se convierte en miel para arpías. No basta buscar la utopía en lo posible; sino buscar lo posible en la utopía.
Pero por más duro que parezca, no podemos dejar de vivir creyendo en locuras.
Comentarios
Publicar un comentario